lunes, 30 de agosto de 2010

Por fin entrenando

Una de las cosas fundamentales que debes aprender e interiorizar en esto del correr es la sucesión de acontecimientos que te hacen caer, y la capacidad que debes desarrollar para levantarte. Si no asumes esa parte, todo lo demás, de nada importa.
Una vez más, y no será la última, ya estoy de vuelta a las andadas.


En los dos últimos dos meses, ya en fase de descanso de la temporada, me ha golpeado un coche y me he caído de una moto. La verdad, espero haber agotado ya el cupo de accidentes razonables, porque esto no son lesiones propias de la actividad runner sino más bien originadas por un mal de ojo o rito vudú subsahariano.

El caso es que el jueves pasado, harto ya de llevar parado una semana y media después de regresar de vacaciones, me lié la manta a la cabeza, cogí las zapatillas de horma más ancha que poseo (unas Pegasus ya desgastadas) y salí a rodar preparado para sufrir, al principio con un dolor insoportable y después con una molestia que casi se mimetizaba con el resto de dolores ocasionados por tanto tiempo parado (casi un mes), las ampollas y el dolor en la rodilla izquierda que en su día me ocasionó el famoso impacto con el X5.
A pesar de terminar los 7 primeros kilómetros de esta temporada llorando y a 4'38''/K en ése momento fuí la persona más feliz del mundo por poder correr, lo de menos eran dolores.

He repetido rodajes sábado, domingo cada menos con menos molestias, y ya hoy, he podido calzarme las Vomero, mi zapa de entreno para este año, y he podido acabar 9K en 4'21''/K sin dolor lo que me deja muy satisfecho teniendo en cuenta todo lo anteriormente recogido.

Tengo toda esta semana para realizar los últimos rodajes anárquicos, coger confianza y desempolvar la maquinaria oxidada antes de empezar la dictadura del plan de entreno para este año.

martes, 24 de agosto de 2010

De cómo PAROS me dejó parado

2 de la tarde, penúltimo día de vacaciones en Grecia, cerca de Pounta en la isla cíclada de Paros, 40º, chanclas, bañador y una curva con arena en un scooter de 50cc que desde que lo alquilé el día anterior maldecía por lo mal que iba. No me equivoqué, a la mínima de cambio al suelo.

Resultado: caida sin consecuencias estructurales (no huesos afectados) pero que dejó un recuerdo en forma de quemazones varias en pierna derecha y brazos. Mi chica, rodilla y muñeca.


Al principio, no duele. Das gracias que se quede en un susto, una señora típica griega de esas de 'joroña que joroña' nos hizo unas primeras curas en su casa (frente a la curva) con betadine y fumicidine. Después, al centro de salud con similar procedimiento.
Más, tarde, empieza a escocer el limpiado de las heridas con agua y jabón + betadine. La costra tira y apenas puedes moverte sin que te duela en la rodilla y los deditos de los pies.

El caso es que debía llevar ya una semana y media corriendo como pretemporada veraniega en casa y no puedo hacerlo. No me he roto nada, todavía doy gracias para lo que podía haber sido, pero las heridas de los pies apenas me dejan ponerme calzado alguno (en el trabajo alterno zapatos anchos y sandalias), ni hablar de zapatillas con hormas más estrechas y rígidas. Cuando pruebo cada mañana, veo las estrellas.

Hay una herida en particular que no cicatriza, en el lateral del piececito, le doy esta semana de plazo, me estoy desesperando y veo que acabo cortándome el pie y terminando antes ;(


Por fuerza mayor, este año empiezo a correr en septiembre.
Espero que descansar 15 días de más no resienta mis entrenos y pretensiones para este año :(

viernes, 20 de agosto de 2010

En cada viaje, una nueva promesa de Maratón

El año pasado tocaba pasar por Tower Bridge y prometerme a mí mismo que la próxima vez que visite la ciudad del Támesis será para correr el Maratón de Londres.

Este año, mis vacaciones me llevaron a Grecia durante 15 días, y Atenas, su capital, cuna de la civilización occidental y del Olimpismo moderno, como lugar de peregrinación y promesa a Filípides.


Muy cerca de la Acrópolis, en el mítico estadio Panathinaico donde, entre otras cosas, se celebraron los primeros JJOO de la era moderna en 1896 y el Maratón ganado por el griego Spiridom Louis, nuestro Abel Antón fue Campeón del Mundo de Maratón en Atenas '97 o donde terminó el Maratón Olímpico de Atenas 2004 con la inapelable victoria de Stefano Baldini, respiramos historia del deporte griego y del Maratón tocando el mármol blanco pantélico de sus gradas, recorriendo las calles interiores de su óvalo o subiéndonos al podio de los campeones :)


Lo cierto es que no me atreví a correr dentro de él, lo hubiera considerado algo así como una ofensa al recinto y a los deseos y sueños de Maratón que albergo, donde algún día, en un futurno no muy lejano me veo recorriendo el mítico recorrido de Filípides, desde Maratón hasta el Panathinaico. Reservo las zancadas para ese día.
Aunque sea uno de los trazados europeos más duros, sé que algún día, correré el Maratón de Atenas :)