sábado, 1 de marzo de 2014

Crónica del Maratón de Sevilla 2014 #maratonsevilla

Con casi una semana de retraso sobre lo que aconteció el fin de semana pasada en Sevilla, cita de mi sexto Maratón pero, como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena (o regular, añadiría yo ;)

Esta vez, el medio transporte elegido fue el tren (AVE para señas, desde Madrid), Sevilla tiene una distancia considerable como para ir en coche en un viernes-domingo y que no se haga muy pesado (así fuí a Donosti o Valencia, más razonables) y el avión está disparado para esa ciudad (AVE reservado en diciembre 92,25€ I/V)
De esa forma llegamos a Santa Justa bordeando las 10 de la noche del viernes, mi mejor animadora y mis padres 'engañados' al efecto (ya me vieron en Valencia y aunque se lo diga a los tres, no se pueden hacer una mínima idea de la ilusión que me hace que me acompañen y me animen en un Maratón)

Un poco de tapeo por la zona de la Alameda de Hércules, un mucho diría yo, y a dormir.
Nuestro lugar de descanso para esta ocasión fue el Hotel Vime Corregidor*** (sencillo pero correcto, económico y con un personal sumamente servicial) Reservado en diciembre, salió por apenas 42,3€/noche en habitación doble sin desayuno. Ningún problema para el sábado (Sevilla está llena de sitios increíbles para desayunar el clásico mollete con tomate o jamón) ni siquiera el domingo (estoy acostumbrado a todo tipo de escenarios y con apenas un café y un pan, puedo disputar un Maratón)
Lo recomiendo por ubicación (40' caminando tranquilo a la salida pero sin perder la parte más céntrica, apenas a 15' del entorno de la Catedral, además de que la zona tiene mucho movimiento), el trato (tuvieron la deferencia de ampliarme la salida de la habitación hasta las 14 horas sin mediar extra check-out) y la comodidad de la habitación. ¿A mejorar? Los casi 13€ de desayuno buffet se hacen considerables.

El sádado amacecimos con un buen desayuno sevillano y la idea de ir a la Feria del Corredor, situada en FIBES al norte de la ciudad, lo antes posible para disfrutar un poco de la ciudad, sobre todo esto para los acompañantes, que no todo es correr ;)
Taxi, apenas 12€ y en la Feria. Recinto nuevo, amplio y cómodo. El único 'pero' es que está relativamente lejano al centro pero si uno piensa en una Feria de ese tipo en maratones como el de Madrid o Barcelona, sucede igual.
El caso es que al llegar allí me encontré con un montón de amigos y conocidos del correr.
El primero, el gran Fernando Sebastián, de MPIB, metido en el ajo de la organización del evento que me trató como si estuviera en mi propia casa, casi como en el Maratón de Vallecas ;)
(por cierto, si no lo has pensado, deberías estar ya en ello :)


Recogi el dorsal de los 3 patitos y la excelente bolsa del corredor: equipación de competición maratoniana (ideal para frikis como yo ;) NB con la serigrafía del Maratón de Sevilla. Sensacional. Además, hay que recordar que en esta edición, hasta el 30 de septiembre, el precio del dorsal era de 30€. Después se iba incrementando 5€ mes a mes.
Cualquiera que haya corrido otros Maratones sabe que suelen 'empezar' en unos 45€ y eso ya lo puedes considerar 'razonablemente bajo'.

Paseíto por la Feria y nueva sorpresa, ¡Los Drinking Runners! con su stand situado en una esquina de la Feria para la recogida de sus #kmsxalimentos.
Como muestra del momentazo encuentro, la instantánea con los cracks Barrantes, ¡felicidades por el marcón! y Pablo Carmenado, el gran líder espiritual del proyectazo :)


Antes de marcharnos por fin pude encontrarme con Jose Sanz (un lujazo que tu Mister se desplace hasta Sevilla para hacer de liebre, ojalá lo pueda aprovechar en una futura ocasión ;) y algunos compañeros para comentar la 'jugada' del día siguiente, esperaría a los chicos de Aluche: Luismi, Nico, Teo... en el K5 para rondar el 2.49.
Yo les comenté que no estaría para rodar a 4' pero que si en algún momento flojeaban, nos encontraríamos ;)

Retirada de la Feria, nuevamente taxi hasta las inmediaciones del Parque de María Luisa / Plaza de España (otros 12 eurillos) y a empezar a disfrutar del paseo más bonito que puede haber en Sevilla, de ahí hasta la zona de la Avenida de la Constitución en el centro, junto a la Catedral, etc.
También un buen momento para empezar a reconocer lugares por lo que surcará el Maratón el día siguiente.
Comida en la Calle de los Arfe (algo de paella de marisco pero ¡musha fritura!), paseíto y a descansar al Hotel hasta la cena también por la Alameda de Hércules, que ya a esas horas de un sábado se encontraba hasta la mismísima bandera.

Por la noche, todo preparado para la batalla sevillana, equipación completa JOMA y las Carrera Primavera-Verano en los pies.

Sobre las 00.30 ya estoy en la cama, comparado con otras veces, no duermo mal del todo.
Me levanto a las 6.50 para tomarme un café de máquina en la calle (sensaciones el contraste con los walking dead que volvían de marcha, luego los walking seríamos nosotros ;), una barrita energética y un trozo de pan que compré la noche anterior (toma mito del desayuno maratoniano)

A eso de las 07.30 comienzo mi peregrinación hacia el Estadio de la Cartuja, son 40' tranquilos que me sirven para meditar, observar como se despierta la ciudad y terminar de concentrarme. Algunas veces pienso que cojo los hoteles un poco más lejos sólo para ese paseo. Después, una vez coincida con unos y otros, conocidos y desconocidos, será más difícil encontrar 'ése momento' para mí, sensaciones, emociones y reflexiones antes de ir a por Filípides.
Bueno, miento un poco, después tendré más de 42 kilómetros para estar 'sólo' porque al final, siempre será una batalla individual contra ti mismo y la distancia. Y ahí, en los momentos de subidón y fuerza, y en los de bajón y dolor, si que podrás encontrarte cara a cara personalmente con tus devaneos personales.

El caso es que llego a eso de las 8.15 al Estadio, justo para dejar la ropa y salir a las 8.30 a calentar suavemente. Media hora es suficiente para entrar en calor, aunque hacía una temperatura perfecta, y no ir con prisas como de costumbre.
Antes de llegar al cajón me encuentro a Beto del foro de elatleta.com, nos deseamos suerte, y después a los fantásticos José Luis Madrid (JLM) que me confirmó que lleva ya la friolera de más de 30 maratones (su objetivo era 'no ver el 5' y vaya si lo consiguió, (2.49!) y Nacho López, un figura, un 2.37 de 'quitar el sentío'.

El caso es que la organización de salida era perfecta, amplia, más de 6 carriles, y con un cajón de hasta el dorsal 300 (el mío, recordemos, el 222) para los 'presuntamente' sub 2.45 (espera, que me da la risa) justo después de la élite. Todo esto te permitía estar muy tranquilo y cómodo dentro.
Las sensaciones eran muy buenas.

HIGHWAY TO HELL de AC/DC y ¡comenzamos!

Nada más empezar miro a mi derecha y veo a una corredora en el suelo y literalmente arrollada por los primeros en salir (9.000 inscritos, recordemos) a posteriori conozco la historia: Joasia Zakrzewski, doctora escocesa de 38 años, con 2.39 de MMP, nariz rota y fisura en costilla (conocido al final de la carrera) continuó adelante y terminó con 2.41.
Si hay algo que represente mejor el espíritu de Filípides que venga alguien y me lo cuente, yo nunca había escuchado nada igual.
Por cierto, desde hace 3 maratones ya nunca pido el lunes como día libre (descubrí que es llevadero...)
Ella tampoco, en semejante estado el día después acudió a trabajar a su hospital de referencia.

Realizado el inciso, tengo una ligera idea de cuál es el circuito, me gusta 'memorizar', al menos, hasta cierto punto por dónde nos vamos a mover, aunque otras veces he tenido más presente las 'dificultades' orográficas he leído tantas bondades sobre el trazado que no aventura encontrarme ninguna sorpresa.


Sé que los primeros 5K son por el lado del río del Estadio, serán momentos para ir viendo cómo mi cuerpo gestiona el 4.05-10 que me he propuesto mantener durante el Maratón 'hasta que el cuerpo aguante' y siendo consciente que ha sido mi preparación más floja y tranquila hasta la fecha.

El caso es que me veo bien. Voy firme y convencido. Y encuentro que hay un nivel considerable, es fácil ir acompañado, arrimarse a un grupo y/o soltarlo y salir a por otro.
Me he calado la gorra (como en 4 de mis 6 maratones hasta la fecha, siempre ha sido la misma de hecho, sólo en Rotterdam (petada) y Valencia la dejé en la mochila (MMP ;) porque el día anterior a eso de las 12-1 de la tarde el Sol ha pegado de gusto.
Hoy parece que será igual. Además, a medida que se levante me molesta a los ojos y es una manera de atajarlo.

Paso el K5 veo a Jose y me pregunta donde están los demás, le digo que no lo sé. Me comenta que espere pero yo voy bien y he salido conforme a lo que me planteé, tampoco más rápido. Sigo adelante.

Una vez cruzamos el Puente en las inmediaciones de la Torre del Oro encontramos el primer punto donde hay buena animación, se agradece y anima, vamos paralelos al Guadalquivir, dirección zona de la Macarena donde dormimos la noche anterior gran parte de los maratonianos de fuera.
Voy con un grupo muy majo, vamos picando a 4.05 sin problemas.
La gente habla mucho, característica española como no hay otra y, particularmente, del Sur. Más que un Maratón parece un club social. A mi me sorprende, cuando he salido fuera (Holanda, Alemania, Italia) los maratones son velatorios desde el K0. Aquí no, la forma de ser sale, se esté corriendo o en el bar.
Se agradece desde fuera aunque mi 'estilo' sea otro, yo sigo y 'hablo' corriendo cuando puedo o marco el ritmo o cuando me dejo caer porque voy 'con el gancho'. Pero no doy conversación.

Pasamos el K10 en 40.48 (de momento de libro, a 4.05) empiezo a motivarme, en 20' debo ver la primera de dos veces a mi familia que esperan junto a la Macarena. Sin embargo avanzamos, pasamos esa zona y no les veo. Me pregunto si no les he visto o no han llegado a tiempo.
El próximo punto será en el K36-38 y se me va a hacer largo mentalizarme sin verlos. Es lo que hay. Me calo un poco más la gorra y continúa disfrutando del paisaje, sigo adelante.
De los compañeros de batalla que comparto me llama la atención un maratoniano con barba muy poblada, parece sacado del libro 'Nacidos para Correr', me gusta su compañía aunque llega un momento que le pierdo de vista. Luego veo que terminó en 3.09, parece que no tuvo suerte en el final.

Junto a mi compi de batalla barbudo, cortesía 'Marathon Photos'.

Estamos entre el K15-20, momento en que el Maratón se va alejando del centro y debes mantener mejor la cabeza fría. También recuerdo a 3 corredores del mismo club, uno con coleta, que se descolgaron y luego me pasaron como balas en el K40, y un triatleta que creo también pinchó pero con el que compartí muchos kilómetros.
Caras y piernas fugaces que se convierten en tu pequeña familia en esos momentos, en Maratones en los que viajas 'tan acompañado' tu ritmo va mejor gracias a ellos, en la trinchera de los primeros kilómetros todo se ve de forma enternecedora ;)

Paso por el K20 en 40.43 (seguimos con los 4.04-05) y la pisada ya se ha rebelado varias veces.
Es una sensación extraña, durante un par de kilómetros se carga y me deja con un susto en el cuerpo de muerte. Para ser explícito, lo que ocurre es que empeizo a pisar mal y el pie se gira en su contacto con el suelo, algo que en otras carreras me ha generado problemas graves en cuanto a mantener el ritmo.
Y luego al paso de los minutos parece que se marcha, sin embargo la sensación de aparecer y desaparecer la molestia no para de ahí hasta el final. Mi mente se mantiene positiva visto que en otras ocasiones también la cosa no ha ido a mayores dentro del prejuicio de no correr eficiente, en forma de ausencia de comodidad y concentración.

Veo a Pytu del Menorca por esa zona, junto a Ramiro Matamoros han venido para hacer de liebre, controlar y animar a algunos compañeros como Edu Callejo que cierra una actuación formidable con 2.27 doblando un Maratón perfecto.

Paso de la Media Maratón en 1.26.06 y no voy mal del todo. Hago cálculos rápidos y sé que aunque ahora me veo bien doblar siempre es muy difícil y el bajón tiene que llegar pero voy a intentar mantener con una pérdida razonable asociada y plantarme en la horquilla del 2.52 (el mejor escenario previsto) y 2.55 (con pinchazo) como en la previa me planteaba.
En el K25 consumo el primer gel de Victory Endurance (Pump Gel) que ya veía necesitaba para estimularme, el cansancio va haciendo mella, todavía no perdemos unidades pero ya hace rato que nadie habla y el calor, sobre las 2 horas de carrera, empieza a ser intenso. Pienso en los corredores venidos de otras latitudes más frescas y que si yo siento su golpetazo, ellos lo estarán empezando a pasar mal. De hecho, hace mucho tiempo que no veía un Sol como ése.

Un poco antes del K30 veo al gran Udarrate, Humberto, un crack de elatleta,com con el que he 'guachapeado' mucho en los últimos dos maratones (Frankfurt y Sevilla) y en los que ambos coincidimos pero no nos habíamos visto. Y ahí, en medio del fragor de la batalla nos reconocemos y saludamos. Me anima mucho verle es un tío muy constante que ha entrenado muy serio y que seguro podremos hacer una buena dupla lo que queda de carrera. Además, va acompañado de una bici que le facilita el ritmo.
La pena es que nuestro dueto dura poco, me pasa unas sales que luego bebe él y antes de entrar en el Parque de María Luisa le pierdo la pista. Literalmente, no le veo.
Luego me dice que según bebió tuvo que pararse a vomitar. Pena de respuesta de su cuerpo.

Cruzando la mítica Plaza de España de Sevilla, cortesía 'Marathon Photos'.

Mi paso del K30 es de 40.45, es difícil mantener semejante regularidad (40.48 43 y 45 mis 3 pasos de 10K hasta el 30) Acumulo 2.02.27, mi paso más lento en 6 maratones pero uno de los más firmes. Me noto cansado pero todavía no aventuro una petada de aquí a varios kilómetros.

El paso por el Parque de María Luisa y el interior de la Plaza de España es precioso, además, es verdad que han modificado giros innecesarios que antes había pero ya las fuerza se notan mermadas (unos 32K), los corredores se van quedando y los que aguantan ya van justos, o quizás soy yo el que va tan justo porque muchos de mis compis aguantan como campeones los últimos kilómetros. Me mentalizo, sé que en apenas 15' veo a mi gente y que nos aproximamos al entorno del centro: Avenida de la Constitución, Catedral... el paso más bonito del Maratón pero empezamos ir zombis.

Avenida de la Constitución, me tapo la cara para no ver lo que queda ;( cortesía 'Marathon Photos'.

Ni siquiera noto el adoquín de loseta ancha del centro, mis warnings ya se han encendido y eso es lo verdaderamente importante: K33 a 4.14 recuperando el siguiente a 4.08 pero volviendo al K35 a 4.15.
Ya no volveré a ver el 4.0X en el reloj pero intento que la pérdida no pase de 4.15-20, si ya estamos en modo remar que la pérdida sea lo menos posible.
El cuento clásico de cada Maratón, cuando Filípides 'toca diana' es el momento de concentrase y seguir, sólo seguir, no hay más.
Noto el calor, no de la gente precisamente ;), aunque haberla hayla, me doy la vuelta a la gorra como en Milán y a por lo que queda. Mi símbolo de '¡Hola dificultades! ¡Aquí estoy yo para ponerme el mono y seguir hasta el final!, sea como sea'.

Una vez pasado el Centro y sus sombras, la intemperie y el calor de los últimos kilómetros.

Paso por la Alameda de Hércules con el ánimo, ¡por fin!, de mi gente a los que aplaudo y lanzo besos, esas cosas que suceden en un Maratón como exhaltación del amor a tus familiares ;)
(K36 4.16 K37 4.17 y K38 4.15) 

Como novedad en este Maratón, no llevo pulsómetro. No os engañáis, no es que ahora pretenda contradecir todos los mantras del correr, sino que se me estropeó las últimas semanas la banda del mismo y no encontré el tiempo ni la forma de solucionarlo.
En estos kilómetros, creo que ayudó no llevarlo porque así no vi el desplome de pulsaciones solamente me centré en mantener un ritmo razonable, que hasta cierto punto ya casi agotado lo está siendo.

Antes de pasar por el Puente se encuentra la única 'cuesta' de todo el Maratón de Sevilla, y nunca mejor dicho 'cuesta', tanto por el lugar situado como por el esfuerzo extra. Tan sólo tengo que recorrer una senda similar a la de esta mañana caminando, cuando lo hice en 40', aquí deben ser menos, buscar motivación y centrarse en el objetivo cuando ya no hay gasolina.

Sin embargo, es pasar el Puente y llegar el MURO de verdad.
El K39 es el último 'decente' (4.20) a partir de ahí empieza mi calvario en forma de 3 kilómetros de dolor y sufrimiento. Mis piernas hacía un rato que no iban como antes pero al paso por el K39 la pierna derecha va acalambrada. Ya no es un problema de pisada, ¡menos mal! Sino de calambres que van a más en todo el muslo derecho, cuando eso sucede sólo pienso en que no vaya a más, porque estoy al lado de llegar pero todavía falta un mínimo de 15', ¡todo un mundo en el final de un Maratón!

El Boxeador apunto de caer noqueado, cortesía de 'Marathon Photos'.

Los calambres duelen (es la primera vez que los recibo, en Rotterdam fueron similares pero en ¡ambas piernas! ;) pero me duele más ver la sangría de tiempo que me está cayendo y me va a caer en apenas 2-3 kilómetros. Aún así, sigo pensando que estoy dentro de lo que me marqué antes de empezar así que 'todo forma parte del guión' ;) (Guión con dolor al final, claro está)
Corredores a los que dejé kilómetros atrás me pasan porque terminan fuertes, hasta 70 corredores (del 360º en el K35 a 430º clasificado al final) en apenas 7.195 metros. Han corrido de menos a más. 
Servidor ha hecho una apuesta de regularidad y al final su cuerpo ha dicho basta. Salieron bastos.

Lo peor de la parte final es que aunque 'huelo' la llegada del Estadio, sé que está cerca, no se ve, sólo me veo dando vueltas, entrando en un parque, saliendo de él... y el trascurrir de ese lapso de tiempo se me hace eterno. Si alguien me hubiera dicho que duró 2 horas, lo hubiera creído.

Por suerte duró menos, pero no pude dejar de perder mis posibilidades de no perder tanto tiempo.
(K40 4.37 K41 5.07 y K41 5.19) 
Absolutamente significativos sobre el calvario de final, aunque no es mi record: en Milán del 35 a meta de 4'40'' a 5'.

Cuando veo el Estadio no puedo creer que por fin todo vaya a terminar. La lucha y el dolor y ¡un nuevo Maratón completado! A pesar de la corta y justa preparación, las dificultades para compatibilizarlo con otras cosas y de los últimos kilómetros de la carrera.

Una vez entro en el túnel (oscuro donde los haya) de entrada al Estadio de la Cartuja poblado de bastante público, por cierto. Lo disfruto y celebro como si del mismísimo Abel Antón se tratase, cuando fue Campeón del Mundo en el mismo recinto.

Es mi lucha y es mi victoria, para mi, terminar un Maratón lo es y siempre lo será.

2h56.13 (a 4'11''/K)
430º clasificado de 7.979 llegados, 124º senior masculino.


Paro el crono y veo que se me ha escapado 'por los pelos' aquel 2.55 que me planteba por arriba, es mi peor marca en 6 maratones, tan sólo a 26'' de los 2.55.47 de Milán 2013.
La diferencia con respecto a otras citas es que aquí yo era consciente de mi preparación y por eso salí a hacer algo más conservador que otras ocasiones, deseando que la pérdida final fuera menor que la esperada.

A pesar de unos kilómetros en los que piensas que has echado por la borda el trabajo realizado durante más de 2 horas y media, rapidamente recapacito y valoro lo que he hecho. Con 72K/semana durante apenas 10 semanas es difícil hacer más. He peleado durante toda la carrera y mantenido un ritmo constante durante 39 de 42 kilómetros.

Estoy contento, no puede ser de otra forma.

Después, veo a Toppez (un crack, 2.49 muchísimas felicidades), Beto nuevamente, Rubén (¡menudo 2.46!) la gente de Aluche con 2.56 largos consiguieron un buen ramillete de MMPs y casi me cogen... y tantos otros.

El Maratón en estado puro, unos peor, otros mejor, pero todos allí.
Todos los que a pesar de no ser los mejores ni estar en el momento más adecuado, seguimos corriendo la disciplina más mágica que existe. La que te hace sentir cosas inigualables, tan importantes para el resto de facetas de tu vida personal y profesional: constancia, sacrificio, tenacidad, esfuerzo y largo plazo.
Sigue en pie, sigue adelante, pase lo que pase.


Por más que sufra y me castigue en los últimos kilómetros no dejo de pensar en el próximo :)

¡Hasta el siguiente!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy.bien compañero,has cambiado tu filosofia de encarar un maraton,antes ibas hacer marca,y ahora a disfrutar y acabarla.lo mejor posible,enhorabuena

amancebog dijo...

Grande Darío y admirable tu modo de llevarlo. Enhorabuena de nuevo porque Filípides no te lo ha puesto nada fácil. Un abrazo rayista! Espero devolver en Rotterdam un par de golpes al asfalto de tu parte ;)

Darío Collado dijo...

@Anónimo
Al fina, el propio viaje de maratoniano te muestra que lo importante es el camino y cómo vives el viaje que la meta.
Ser coherente con uno mismo, la preparacióm, ganas, tiempo y esfuerzo, y cada vez encararlo de una forma determinada en función de todo ello.
¿Las marcas? No me olvido de ellas, algún día, llegarán eso si, cuando le dedique toda la atención necesaria.
Mientras, a disfrutarlo.

@Arturo
Nada de admirable, es mi forma de vivirlo, nada más. Si me centro en resultados no disfruto tanto de cómo lo hago ahora, en todos los comportamientos que pongo en juego para sentirme orgulloso de la batalla planteada y lo logrado.
Rotterdam será un gran escenario para tí, arriba con esa preparación.

Gracias a todos.

NACHO dijo...

Aúpa Dario¡¡
Tenía pendiente dejar mi comentario por aquí, que leer ya lo había leído, no te vayas a pensar¡¡¡ pero siempre andamos con prisas¡¡¡¡
Enhorabuena, como bien dices acabar una maratón sigue siendo una victoria sea cual sea el resultado¡¡¡
Yo siempre digo, que lo más importante cuando encaramos una maratón, es ser realistas y saber en que estado nos encontramos, para a partir de ahí, establecernos un objetivo al alcance de las piernas.
Esta preparación tuya ha sido un claro ejemplo de ello, has sabido leer, todas y cada una de las fases, desde que uno se apunta hasta que uno cruza la línea de meta. Así que enhorabuena otra vez¡¡¡
Eso sí, no te compro lo del desayuno¡¡¡¡¡ yo hubiera añadido un poco de miel a ese trozo de pan¡¡ Grande Dario¡¡¡¡
No me extraña, que a partir del 39 se te hiciera un mundo, el otro día pude entrenar por allí, y madre mía tener el estadio al lado, y tener 3 Km de por medio, ufffff¡¡¡
y lo de los calambres, acojona que no veas¡¡¡
Un abrazo

Darío Collado dijo...

Gracias Nacho!
Menudo final! La verdad es que es de las cosas mejorables, quizás terminando en el centro como antaño se podría mejorar pero... es cierto que se perdería esa gran entrada al Estadio. En fin, lo que ganas por un lado lo puedes perder por otro.

Gracias por tus comentarios, hay que saber honesto y realista con uno mismo.

A tope con Boston, veo que genial, no me cabe duda de que será una experiencia alucinante.

Un fuerte abrazo!